Hace poco tiempo leí una curiosa e intencionada anécdota Una madre después de acostar a su hijito, dijole que no tuviera miedo de la oscuridad, ya que Dios estaría allí para mirar por ella y cuidarla mientras dormía Luego, tomando la vela, la madre bajo las escaleras. En seguida el niño descendió también en camisón y cuando le preguntaron el motivo de su actitud, contento : "Yo he bajado para estar aquí disfrutando de la luz, mama. Tu puedes subir a mi cuarto y quedarte con Dios"
Fuente: del libro Alla lejos y hace tiempo. G. E. Hudson